Susy Anderman
Decía Virginia Woolf ¿Para qué sirve escribir si uno no hace el ridículo? También decía “Siempre recuerdo el dicho de que en el propio fondo del pozo se está más cercano a la verdadera visión”.Retomando la idea de Howard Gardner acerca de los introspectivos, es que su principal desafío es atisbar en profundidad dentro de su propia psique, comprenderse de una forma distinta a la que los demás se comprenden ordinariamente como personas y seres humanos. Y dice este autor ¿Cuál es la validez de las introspecciones? Después de todo se trata del conocimiento del mundo físico y biológico, pero en lo que respecta al conocimiento de uno mismo, claramente el conocedor tiene la información privilegiada, los datos que no están disponibles para los demás. Es concebible que quien aspira a la instrospección puede contar con una atractiva historia, porque todos, cada uno de nosotros, tenemos nuestra propia historia, quizás sólo depende de qué matiz le da cada quién, y qué tan valientes podemos ser con nuestra propia honestidad.Dice Cis-zen-mijali(Csikszentmihalyi) que recientemente se ha escrito con profusión acerca de la relación de la depresión y la creatividad literaria. Es muy probable, sin embargo, que esta relación entre la entropía psíquica y la creatividad artística sea el resultado de las expectativas culturales específicas y del rol poco definido del papel artístico, en vez de ser algo necesariamente inherente al arte o a la creatividad. En otras palabras, si para sobrevivir como un artista en un ambiente social determinado, una persona tiene que mostrar su inseguridad, ridiculez y una carencia de los símbolos expresivos usualmente compartidos, probablemente mostrará los efectos psíquicos de estas condiciones adversas. Pasando todas estas pruebas cuando exponemos públicamente nuestra psique, nos preguntamos, con qué se identifica el que permanece impávido en algunas secuencias, del otro lado del papel, absorbiendo ideas, conceptos y pensamientos del autor. Cuál es el camino que lo conduce a establecer esa conexión directa con sus propios elementos internos, porque el estímulo se logra entonces y no dejamos de sorprendernos en la retroalimentación. Heidegger considera que la escritura no es más que un suplemento del habla, esto se debe a que el lector construye su propia habla interna mientras lee, por eso algunas cosas impactan tanto. Y bajo esta perspectiva es que me percato de que uno con la pluma puede hacer muchas travesuras aunque ese no era el verdadero objetivo de relatar esta historia singular que como lo dice la sinopsis, no se parece a ningún otra porque está escrita desde un estado de alerta por la vida apuntando a encontrar si uno debe seguir adelante, a pesar de las vueltas y giros de ciertas circunstancias que ponen a prueba la estabilidad emocional de un ser humano. Sin embargo, siempre parece asomarse un pequeño reflejo de luz que puede invadir de pronto esa nostalgia por pequeños instantes de felicidad.
Decía Virginia Woolf ¿Para qué sirve escribir si uno no hace el ridículo? También decía “Siempre recuerdo el dicho de que en el propio fondo del pozo se está más cercano a la verdadera visión”.Retomando la idea de Howard Gardner acerca de los introspectivos, es que su principal desafío es atisbar en profundidad dentro de su propia psique, comprenderse de una forma distinta a la que los demás se comprenden ordinariamente como personas y seres humanos. Y dice este autor ¿Cuál es la validez de las introspecciones? Después de todo se trata del conocimiento del mundo físico y biológico, pero en lo que respecta al conocimiento de uno mismo, claramente el conocedor tiene la información privilegiada, los datos que no están disponibles para los demás. Es concebible que quien aspira a la instrospección puede contar con una atractiva historia, porque todos, cada uno de nosotros, tenemos nuestra propia historia, quizás sólo depende de qué matiz le da cada quién, y qué tan valientes podemos ser con nuestra propia honestidad.Dice Cis-zen-mijali(Csikszentmihalyi) que recientemente se ha escrito con profusión acerca de la relación de la depresión y la creatividad literaria. Es muy probable, sin embargo, que esta relación entre la entropía psíquica y la creatividad artística sea el resultado de las expectativas culturales específicas y del rol poco definido del papel artístico, en vez de ser algo necesariamente inherente al arte o a la creatividad. En otras palabras, si para sobrevivir como un artista en un ambiente social determinado, una persona tiene que mostrar su inseguridad, ridiculez y una carencia de los símbolos expresivos usualmente compartidos, probablemente mostrará los efectos psíquicos de estas condiciones adversas. Pasando todas estas pruebas cuando exponemos públicamente nuestra psique, nos preguntamos, con qué se identifica el que permanece impávido en algunas secuencias, del otro lado del papel, absorbiendo ideas, conceptos y pensamientos del autor. Cuál es el camino que lo conduce a establecer esa conexión directa con sus propios elementos internos, porque el estímulo se logra entonces y no dejamos de sorprendernos en la retroalimentación. Heidegger considera que la escritura no es más que un suplemento del habla, esto se debe a que el lector construye su propia habla interna mientras lee, por eso algunas cosas impactan tanto. Y bajo esta perspectiva es que me percato de que uno con la pluma puede hacer muchas travesuras aunque ese no era el verdadero objetivo de relatar esta historia singular que como lo dice la sinopsis, no se parece a ningún otra porque está escrita desde un estado de alerta por la vida apuntando a encontrar si uno debe seguir adelante, a pesar de las vueltas y giros de ciertas circunstancias que ponen a prueba la estabilidad emocional de un ser humano. Sin embargo, siempre parece asomarse un pequeño reflejo de luz que puede invadir de pronto esa nostalgia por pequeños instantes de felicidad.
Comentarios