No dejaremos como escritoras pasar la oportunidad para hablar de nuestro género, pero más allá de parecer feministas, como suelen catalogar a quienes hablan de estos temas, sin decir más allá lo que la imaginación reduce a más adjetivos para quienes promueven la reflexión sobre la lucha por la igualdad de género.
A pesar de que el ingreso en universidades es casi a la par entre hombres y mujeres, aún nos encontramos muy lejos de que en las mesas donde se toman decisiones tanto en los planos públicos como los privados, la ausencia de las mujeres sigue siendo sumamente notoria. Las mujeres ocupamos solo el 4 por ciento de puestos directivos a nivel mundial, 12 por ciento de los puestos en consejos de administración pertenecen a mujeres, pero solo 4 por ciento ocupan una posición de dirección o presidencia, revela un estudio de Deloitte.
Christine Lagarde, Directora del FMI, en una entrevista sobre los roles de género, comentaba que de acuerdo con la investigación del Foro Económico Mundial, llevaría 170 años que la brecha económica de género se cerrara, con la tasa de progreso estancada en la crisis financiera.
Las mujeres ejecutivas en el mismo rango de los hombres generalmente ganan un 50 por ciento menos de su sueldo, aún desempeñando las mismas funciones, sin embargo, la problemática no solo nos atañe en relación a la igualdad, sabemos que la violencia de género es lo que resulta más alarmante.
En el año 2012, hace exactamente cinco años, el documental pakistaní de Sharmeen Obaid-Chinoy y Daniel Junge, Saving Face, que ganara el Óscar en ese año como mejor cortometraje, causó mucha polémica. Las mujeres que salieron retratadas, siendo víctimas reales de ataques de ácido debido al machismo y las desigualdades de la sociedad paquistaní al quedar impunes. La película muestra a un cirujano plástico paquistaní que regresó a vivir a su país para ayudar a estas mujeres a recuperar sus caras y sus vidas. Se cuenta la historia de Saba Qaiser, una muchacha de 18 años que logró sobrevivir a la paliza de su tío, el disparo de su padre e intento de ahogo en el río al que la arrojaron sus familiares. Asimismo, se cuenta la historia de Zakia y Rukhsana en su lucha para llevar a sus agresores ante la justicia. Se muestra cómo la abogada Sarkar Abbas trabaja para ayudar a Zakia. También, se muestra a Marvi Memon, una política pakistaní que promueve una legislación para que se condene a los agresores sin éxito.Finalmente, quienes brindaron su testimonio, se sentían en peligro de un nuevo castigo por el éxito del cortometraje.
Ese mismo año, una serie de mujeres tuvieron un impacto en la lucha por la igualdad de género. Aquí están las cinco mujeres milenarias que hicieron heroicos sus esfuerzos reales y simbólicos en la lucha por los derechos de las mujeres.
Malala Yousafzai: luchando por el derecho a la educación, siendo una estudiante pakistaní entonces de quince años y activista de educación. Mientras regresaba a su casa en un autobús escolar el 9 de octubre de 2012, recibió un disparo en la cabeza y el cuello en un intento de asesinato de pistoleros talibanes. Este insensible y criminal delito provocó un movimiento mundial: Soy Malala.
Líderes y actores del mundo se reunieron para apoyar a Yousafzai y sus esfuerzos por luchar por el derecho de las mujeres musulmanas a una educación. El sueño de Yousafzai era establecer la Fundación de Educación de Malala, que ayudaría a las niñas pobres a ir a la escuela, y ella estaba bien en su camino para realizar su sueño cuando el Talibán llevó a cabo su intento en su vida. Desmond Tutu la nombró para el Premio Internacional de la Paz de los Niños, y fue galardonada con el primer Premio Nacional de la Paz de Pakistán. En mayo de 2014, a Yousafzai se le concedió un doctorado honoris causa de la University of King’s College de Halifax, Nueva Escocia. Más tarde, en 2014, Yousafzai obtuvo el Premio Nobel de la Paz 2014, compartió esta distinción junto con Kailash Satyarthi, por su lucha contra la supresión de los niños y los jóvenes y por el derecho de todos los niños a la educación.
Samira Ibrahim: luchando por los derechos humanos y la dignidad de las mujeres. Es una activista actualmente de 35 años que desde el año 2011, lucha por los derechos de las mujeres en Egipto. El 9 de marzo de ese año, participó en un sit-in en la Plaza Tahrir en El Cairo. Los militares dispersaron violentamente a los participantes de la protesta. Samira y otras mujeres fueron golpeadas, recibieron descargas eléctricas, fueron buscadas en la banda y grabadas por los soldados. También fueron sometidas a pruebas de virginidad. Las pruebas se llevaron a cabo supuestamente para proteger a los soldados de las denuncias de violación.
Ibrahim presentó una demanda contra los líderes militares que ordenaron el examen. El tribunal egipcio falló contra Ibrahim, provocando una oleada de protestas en todo Egipto. Ibrahim continuó su búsqueda de justicia. Las violaciones de los derechos humanos contra las mujeres en África son amplias y variadas, siendo la violación a la circuncisión femenina.
Ibrahim se ha convertido en una voz líder en la lucha contra el acoso sexual y el abuso en el Egipto conservador. Ella dijo que “los derechos de las mujeres están siendo violados por los que actualmente están en el poder. Al hablar de esto, espero que dé a las mujeres fuerza”. The Daily Beast señaló que “el valor de Ibrahim le consiguió un lugar en las 150 mujeres de Newsweek que sacuden el mundo”. Sin embargo, a principios de marzo de 2013, Ibrahim fue criticada después de que Samuel Tadros, escribiendo en The Weekly Standard, la acusara de publicar declaraciones antisemitas y antiestadounidenses en su cuenta de Twitter. Estas declaraciones incluían la cita de Adolf Hitler, escribiendo: “He descubierto con el paso de los días, que ningún acto contrario a la moralidad, ningún crimen contra la sociedad, tiene lugar, excepto con los judíos que tienen una mano en él”. Con motivo del bombardeo suicida de un autobús de israelíes en Bulgaria, ella escribió “hoy es un día muy dulce con muchas noticias muy dulces.” En 2012 en el aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre, ella tuiteó “hoy es el Aniversario del 9/11. Mayo cada año vienen con la quema de América”. El Departamento de Estado estadounidense anunció posteriormente que no le otorgará el Premio Internacional de Mujeres de Coraje a la luz de estos comentarios.
Manal al-Sharif: luchando por las libertades civiles.
Manal al-Sharif: luchando por las libertades civiles.
En el espíritu de grandes protestas no violentas y civiles de desobediencia civil, Sharif es una activista de 32 años de derechos de mujeres de Arabia Saudita que ayudó a iniciar el derecho de las mujeres a conducir campaña en 2011. A partir de 2011, las mujeres en Arabia Saudita tienen limitada libertad de movimiento; en la práctica, no se les permite conducir vehículos de motor. Como tantas otras protestas de la primavera árabe, su protesta fue provocada por Internet. Un video de la conducción de Sharif fue publicado en Facebook y YouTube, y fue detenida en múltiples ocasiones. Sharif lanzó un movimiento en Facebook llamado Women2Drive. El movimiento, también conocido como “enseñarme cómo conducir para poder protegerme a mí mismo”, aboga por que el gobierno ultraconservador de Arabia Saudita levante la prohibición de manejar mujeres. El Huffington Post escribió que “Arabia Saudita es el único país en el mundo que prohíbe a las mujeres”, incluyendo a los extranjeros, conducir. En Arabia Saudita, las familias de bajos ingresos se ven obligadas a contratar a los conductores que viven en casa. A las mujeres no se les permite operar vehículos incluso en caso de emergencia. Sharif es una mujer verdaderamente milenaria. Ella es una consultora de seguridad de Internet con un B.S. en computación y una certificación Cisco Career. Su inclinación por el activismo se dio a través de ver videos del 9/11 en Internet.
La revista Foreign Policy nombró a al-Sharif una de las 100 mejores pensadoras globales de 2011, y fue nombrada en la lista Forbes de Women Who (Briefly) Rocked en el mismo año. En 2012, al-Sharif fue nombrada una de las Mujeres Sin Miedo del Año por The Daily Beast; la revista Time la nombró una de las cien personas más influyentes de 2012. En 2012, Sharif fue una de las tres personas galardonadas con el primer premio anual Václav Havel por la Disidencia Creativa en el Oslo Freedom Forum.
Sandra Fluke: luchando por los derechos reproductivos de las mujeres. Sandra Fluke es la controvertida mujer milenaria que fue elevada a la categoría de culto como símbolo de la lucha por incluir los derechos reproductivos de las mujeres en la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio. La recién graduada de la facultad de derecho y activista de la derecha de las mujeres llegó a la atención nacional en los Estados Unidos cuando Fluke anunció que se postularía para el Senado Estatal de California en el nuevo distrito 26 creado por la redistribución de distritos de 2011. En la primaria del 3 de junio de ese año, ocupó el segundo lugar con el 19.5 por ciento de los votos. En las elecciones del 4 de noviembre se enfrentó al demócrata Ben Allen, que había ganado la primaria con el 22 por ciento de los votos, y fue derrotada por un 61 a un 39 por ciento de margen.
Sandra Fluke: luchando por los derechos reproductivos de las mujeres. Sandra Fluke es la controvertida mujer milenaria que fue elevada a la categoría de culto como símbolo de la lucha por incluir los derechos reproductivos de las mujeres en la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio. La recién graduada de la facultad de derecho y activista de la derecha de las mujeres llegó a la atención nacional en los Estados Unidos cuando Fluke anunció que se postularía para el Senado Estatal de California en el nuevo distrito 26 creado por la redistribución de distritos de 2011. En la primaria del 3 de junio de ese año, ocupó el segundo lugar con el 19.5 por ciento de los votos. En las elecciones del 4 de noviembre se enfrentó al demócrata Ben Allen, que había ganado la primaria con el 22 por ciento de los votos, y fue derrotada por un 61 a un 39 por ciento de margen.
Y mientras hablamos de estos casos muy alejados de nuestro entorno, solo en México se trata de un problema de gran dimensión y una práctica social ampliamente extendida en todo el país, pues 63 de cada cien mujeres de quince años y más, residentes en el país, han experimentado al menos un acto de violencia de cualquier tipo, ya sea emocional, físico, sexual, económica, patrimonial y discriminación laboral, misma que ha sido ejercida por cualquier agresor, sea la pareja, el esposo o novio, algún familiar, compañero de escuela o del trabajo, alguna autoridad escolar o laboral o bien por personas conocidas o extrañas, sostuvo el INEGI.
Quienes están más expuestas a la violencia de cualquier agresor son las de 30 a 39 años: 68 por ciento ha enfrentado al menos un episodio de violencia o abuso. Chihuahua registra 80 por ciento y el Estado de México 78 por ciento.
Agregó que 47 de cada cien mujeres de quince años y más que han tenido al menos un vínculo de pareja, matrimonio o noviazgo, han sido agredidas por su actual o más reciente pareja durante la relación.
El INEGI destacó que la violencia de pareja está más extendida entre las mujeres que se casaron o unieron antes de los 18 años (52.9 por ciento) que entre quienes lo hicieron a los 25 o más (43.4 por ciento).
En cuanto a tipo, la emocional presenta la prevalencia más alta, con 44.3 por ciento, y la ejerce principalmente la pareja o esposo (43.1 por ciento). La violencia sexual ha sido vivida por más de un tercio de todas las mujeres (35.4 por ciento) y es ejercida particularmente por agresores distintos a la pareja y en diferentes formas, desde la intimidación, el abuso o el acoso sexual.
La violencia física está principalmente circunscrita a las agresiones de la pareja, agregó el INEGI
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