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Entrevista al Embajador de Israel en México, Jonathan Peled


Susy Anderman

El Embajador Jonathan Peled nació en Jerusalem y creció en el Kibutz Neot Mordechai. Es licenciado en Ciencias Políticas y Economía por la Universidad de Tel Aviv, y graduado de la Academia Diplomática. Comenzó su exitosa carrera en el Servicio Exterior desde el año 1992, ocupando diversos cargos. Hoy nos congratulamos de tenerlo como Embajador de Israel en México, porque no solo estamos seguros que realiza una labor sumamente trascendente e histórica entre las relaciones de México e Israel, sino además ha sido, en la opinión de muchos, uno de los Embajadores con mayor relación de trabajo y comunicación con la Comunidad Judía de México, sin menospreciar a algunos de sus antecesores, y esta característica es altamente valorada dada la condición que todos tenemos como judíos mexicanos, entrelazados con nuestro país y con Israel desde las fibras más profundas de cada uno.
Este año, se cumplen setenta años de Independencia, de saber que Israel es una nación para todos los judíos del mundo y conocemos las implicaciones históricas y sociales, pero más aun toca en forma sensible la cuestión emocional que impacta en nuestro ser judío.
En una emotiva oportunidad de dialogar con Jonathan Peled, no deja uno de pensar en las preguntas que siempre nos hacemos sobre la situación de Israel. Algunos temas siempre están presentes, pueden resultar a veces trillados cuando se está pendiente de lo que sucede día a día en Israel. Sin embargo, en muchas ocasiones nos tenemos que conformar con los sesgos y las opiniones de quienes informan con sus propias tendencias, o la intención mediática que más de las veces descontextualiza y desinforma. En este caso, escuchar actualizada la información de alguien que representa al gobierno de Israel y con la personalidad del Ecxmo. Embajador Jonathan Peled, es altamente tentador conocer su opinión.
SA: Señor Embajador, muchas gracias por permitirnos esta entrevista para los medios del Centro Deportivo Israelita, pronto va a ser Yom Haatzmaut y toda la Comunidad está volcada en el tema de este festejo, pero creo que a muchos les gustaría conocer o repasar algunos temas vitales ahora que Israel cumple 70 años, en su opinión: ¿en qué madurez se encuentra hoy día como nación hablando desde el punto de vista político y económico?
JP: Bueno, Susy, en primer lugar, muchas gracias, Shalom a todos. Siempre bromeo cuando me preguntan cuántos años tengo, entonces yo acostumbro a decir que tengo cuarenta con quince años de experiencia. Voy a hacer la misma alegoría con Israel que cumple setenta años, pero tiene dos o tres mil años de experiencia. Esta es la manera en que definiría un poco la madurez, siendo increíble realmente lo que un país, una nación ha logrado hacer en setenta años. Nos queda todavía mucho por lograr, hacer, alcanzar, principalmente en temas de acuerdos de paz con nuestros vecinos, esto todavía un gran pendiente, pero creo que hemos podido empezar con muy poco y llegar muy lejos, construir una sociedad abierta, diplomática, pluralista, con muchos problemas y retos, pero somos un gran punto de reflexión, de atracción y de inspiración al mundo judío en general, entonces así resumiría brevemente los primeros setenta años de Israel.
SA: Embajador, ¿cuál es el panorama que se vive al estar situado Israel en una región de tanto conflicto político y religioso, sobre todo en varios países vecinos y cómo le afecta toda esta situación?
J.P.: Creo que es el reto principal, o sea hemos enfrentado y superado muchos obstáculos o muchos desafíos, falta de recursos naturales, falta de agua, tierra árida y muy pequeña, pero lo que sí siempre nos mantiene en una presión constante es el tema de la seguridad y la amenaza regional. No tenemos el lujo de equivocarnos una sola vez, y creo que esto es lo que nos mantiene siempre alertas y preparados. Nos gustaría tener menos tensión y estar más relajados, pero sin duda, diría que es el reto más grande que enfrenta Israel, las amenazas regionales no son solamente una cuestión de Israel, sino también de países como Egipto y Jordania, en cierto punto también afecta a los mismos palestinos. El islam extremista, la violencia, la incitación, son cosas que nos preocupan y que tenemos siempre que estar preparados para enfrentar y defendernos frente a estos peligros.
SA: ¿Qué peligros implica tener a un enemigo tan potencial como Irán?
J.P.: Este es quizás el factor denominador común de todos quienes sí quieren vivir, y sí creen en la vida y en relaciones con otros. Mientras que Irán no lo es, ya que apoya a las organizaciones terroristas Hamas, Hezbolá, Yihad, y con esto amenaza no solamente a Israel, a nuestros vecinos Egipto y Jordania, y a gran parte del pueblo palestino, sino también a Europa y al mundo entero. Esto sin duda, lo hace ser un enemigo, que si logra tener armas nucleares, va a poner a todo el mundo en un gran peligro, y por tanto es para nosotros quizás la primera prioridad en nuestra defensa nacional. Cómo realmente asegurar que Irán no siga apoyando a todos estos elementos y poner en riesgo a nuestra civilización y a nuestras sociedades, es algo que Israel no puede luchar solo, necesita el respaldo de muchos países, de muchas democracias que comparten con nosotros la misma visión, y por supuesto, debemos contar con el apoyo de Europa, Estados Unidos y otros amigos en el mundo.
SA: ¿Qué es lo que Israel verdaderamente piensa con el conflicto palestino, considera usted que en un plazo cercano o lejano, se podría completar un acuerdo de paz, y qué factores son necesarios para alcanzar este objetivo?
J.P.: Creo y esto sigue siendo la política del Estado de Israel, la solución de dos Estados para dos pueblos. La realidad hoy en día es que tenemos tres para dos. Qué quiere decir o cómo superar esta realidad cuando tenemos por un lado un mini Estado terrorista en Gaza con Hamas, y otro en Cisjordania de la Autoridad Palestina. Sin embargo, sí creo que la visión de dos Estados para dos pueblos sigue siendo vigente, y tarde o temprano, va a ser la solución. Ambos lados van a tener que tomar decisiones difíciles y hacer compromisos para lograrlo, quizá no en este momento, pero en el futuro más lejano, yo creo que esto es factible y esperamos que así sea.
SA: ¿Hay alguna agenda para este proceso?
J.P.: Hoy estamos mejor posicionados en comparación a hace veinticinco años con los Acuerdos de Oslo, creo que si bien estamos todavía lejos de llegar a la meta para lograr un acuerdo final con los palestinos, estamos hoy en una situación mucho mejor que en los años noventa, y si ahora estamos estancados, hay una coordinación de seguridad entre ambos lados con la Autoridad Palestina, quienes entienden que Hamas, Hezbolá y los elementos apoyados por Irán, constituyen una amenaza a su propia sociedad y entidad. Tenemos esta relación de cooperación y sabemos que deberíamos avanzar lo más posible, quizá no en este momento, pero en un futuro cercano sí tratar de lograr un acuerdo definitivo.
SA: ¿Cuáles considera usted que son los principales impedimentos para lograr un diálogo efectivo con los palestinos?
J.P.: Yo diría la falta de liderazgo, en primer lugar en el campo palestino, creo que en este momento no existe y no tiene la posibilidad ni la facultad de tomar decisiones difíciles, porque como yo comenté antes, ambos lados las tienen que tomar, y también reconocer primero el derecho del Estado de Israel de vivir y el Estado judío de existir. Segundo, entender que uno entra en la sala de negociaciones, y vamos a tener que salir con menos de lo que hubiéramos querido. Hasta ahora la política de los palestinos ha sido todo o nada, y cuando uno juega todo o nada al final se queda con nada, lo que prácticamente es hoy en día la situación y la postura de los palestinos. Entonces creo que con liderazgo y una decisión estratégica de convencer al pueblo palestino que no van a poder salir con todo el pastel como ellos pretenden, sino van a tener que comprometerse, en el minuto que lleguen a esta conclusión, creo que van a encontrar en Israel a un compañero para llegar a un acuerdo.
SA: ¿Cómo se resolvería en el caso que se lograra los dos Estados para los dos pueblos, el asunto de los asentamientos en los territorios ocupados?
J.P.: En primer lugar, no creo realmente y no lo digo solamente por decirlo, los asentamientos no son el obstáculo más grande en el proceso de paz, creo que tenemos otros, las fronteras, el estatus de los refugiados, el estatus de Jerusalem, son puntos de confrontación más difíciles que los asentamientos, pero sin duda, también es algo de lo cual tenemos que poner sobre la mesa y vamos a tener que comprometernos. Evidentemente no podremos quedarnos con todo lo que deseamos lograr, los asentamientos son solo una parte de la negociación que va a ser larga, dura, difícil, pero como dice la frase en inglés ‘when there is a will, there is a way’, (cuando existe la voluntad, ahí está el camino), entonces creo que esto también es un asunto que vamos a tener que enfrentar y resolver.
SA: En otro tema, ¿considera usted que las enormes diferencias de pensamiento entre los ciudadanos seculares y religiosos, podría derivar en una grave problemática social y un cambio en la política interna que afecte al Estado de Israel?
J.P.: David Ben-Gurión cuando proclamó la Independencia de Israel hace setenta años, tenía muy claro que tenemos que mantener un status quo entre el Estado y la religión, y de hecho esto siempre es muy frágil, ya que a veces se inclina por uno u otro lado, creo que sin duda, es uno de los retos que enfrenta hoy la sociedad israelí, cómo vivir en un país un Estado judío pero también laico, y también que sea un Estado para todos sus ciudadanos, porque al final somos un Estado judío con ochenta y cinco por ciento de judíos, y además tenemos quince por ciento de minorías que no son judíos, que son también ciudadanos israelíes. En otro aspecto, también existe la relación entre Israel y las comunidades judías en el mundo, además existe una brecha que tenemos que ver cómo resolver; los judíos en la diáspora, más en Estados Unidos que en otros lugares tienen un pensamiento liberal, un poco diferente, tenemos que ver cómo no perder a nuestros hermanos judíos en la diáspora, y creo que es la responsabilidad del Estado de Israel y de cualquier gobierno de Israel de mantener este vínculo con las comunidades judías, aunque no siempre estamos de acuerdo, pero sin duda, es un asunto que lo tenemos muy claro, muy evidente y debemos tomarlo en cuenta no solamente mirar hacia adentro de Israel, sino también tenemos que mirar hacia los casi siete millones de judíos que viven hoy en día fuera. Gracias a D-os, hoy Israel es el centro más grande del pueblo judío en el mundo, por primera vez hay más judíos en Israel que en la diáspora, pero todavía casi la mitad vive fuera, y ahí es nuestra responsabilidad de encontrar con ellos la fórmula en la cual podemos seguir viviendo juntos.
SA: Hablando de otros temas, sabemos que México ha sido un país que ha mantenido una política exterior a veces no muy clara desde que se abstuvo en la votación de la ONU en la Resolución 181, y más actualmente también votó a favor del Consejo Ejecutivo de la UNESCO cuando aprobó una resolución propuesta por Palestina que ignora los vínculos del judaísmo con la explanada de las mezquitas en Jerusalem. Ahora también se abstiene con la propuesta de Trump de reconocimiento de Estados Unidos a Jerusalem como capital de Israel, siendo esta propuesta altamente condenada por la mayoría de los países en las Naciones Unidas, pero todas estas muestras podrían poner en duda si realmente México mantiene relaciones bilaterales favorables ¿cómo se encuentran hoy nuestras relaciones?
J.P.: El reto realmente es cómo traducir la buena relación bilateral entre Israel y México, que de hecho está en uno de sus mejores momentos como fue expresado en la visita del Primer Ministro Benjamin Netanyahu, con el apoyo que se brindó al enviar a la brigada de rescatistas después del terremoto. Cómo traducir la buena relación bilateral también en el foro internacional, creo también que el punto o el parteaguas fue esta votación de México en la UNESCO en el 2016, de lo cual se arrepintió México, por la reacción de la Embajada y de la Comunidad Judía de México e Israel en general, pero desde aquel entonces y hasta hoy vemos un cambio en el patrón de voto de México hacia Israel en el foro internacional, más equilibrado, menos antisraelí que antes, y creo que es porque México entiende que hoy en día para jugar un papel responsable en el ámbito internacional tiene que tomar las decisiones por su mérito, primero examinarlas y no votar como hizo durante treinta años de una manera casi automática y tradicional en contra de Israel. Creo que hoy tenemos un diálogo mucho más abierto, acaba de estar en Israel el subsecretario de Asuntos Multilaterales, participando justamente en un seminario del Combate del Antisemitismo en Israel esta semana, tenemos este diálogo con el gobierno mexicano, y creo que México hoy en día entiende un poco mejor la complejidad de la situación en la cual vivimos nosotros en el Medio Oriente, y está dispuesto a evaluar cada decisión y cada resolución con respecto a Israel. Ya admiten que es una anomalía que existen tantos países, tantos conflictos y problemas en el mundo, y sin embargo, la gran atención del mundo internacional está enfocada en Israel, es por eso que México tiene que tomar estas decisiones de una manera más particular y tratar de equilibrar su voto hacia estas resoluciones. Creo que estamos en un momento en el cual este diálogo existe y vemos una apertura hacia nuestras posiciones en el gobierno mexicano.
SA: ¿Qué intercambio comercial existe entre México-Israel?
J.P.: Es un punto clave, obviamente en la relación, porque un componente importante hoy en día, es el intercambio comercial y más que todo la inversión mutua. Hay una inversión israelí cada vez más grande en México de más de 3 000 millones de dólares en campos de farmacología, agropecuario, energía alternativa, seguridad, también aviación y aeronáutica, y este es un componente importante. Hay también una inversión mexicana importante en Israel, el comercio sigue creciendo, entonces sin duda, México ve mucho potencial en la tecnología israelí al mismo tiempo que Israel ve en México un gran mercado, un gran talento, un gran potencial para exportar, invertir y traer tecnología israelí hacia México.
Publicado en CDInforma 8 de abril 2018

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