Risa en la oscuridad
Mónica
Stempler
En
el documental "Scholem Aleijem: Risa en la oscuridad", (Scholem
Aleijem: Laughing in the darkness) el director Joseph Dorman presenta una
profunda crónica de la vida y el legado del gran Scholem Aleijem. Si usted no
es consciente de quién era Scholem, era y es un famoso escritor judío,
humorista, dramaturgo, tal vez mejor conocido por sus historias de Tevye el
lechero, que inspiró el musical El violinista en el tejado. Pero su influencia
va mucho más allá de su nombre. El violinista rebelde de humor y perspicacia se
puede ver en todo, desde Woody Allen, con Jerry Seinfeld y Larry David. Esta no
es una historia solo para abuelos que hablan Yidish, precisamente es el
escritor de nuestros tiempos porque desde entonces, Scholem Aleijem
representaba la nueva forma de pensar de la conciencia judía, y ayudó a sacar a
la luz, una enorme fotografía de la cultura judía que dio forma, literalmente, a
toda una generación.
Scholem Aleijem es el escritor y el hombre comúnmente conocido detrás de las historias en las que surge El violinista en el tejado, para aquellos que pueden identificarlo así de inmediato. Pero Scholem Aleijem era en realidad algo mucho más que un solo o muchos personajes, a pesar de que la puesta en escena de El violinista en el tejado es una producción maravillosa, se trata realmente de uno de los padres de la literatura judía moderna a mediados del siglo diecinueve, un hombre en el tiempo cuando los judíos en Rusia transitaban entre las ancestrales costumbres e ideas y se daban paso a una emocionante modernidad, desde el mundo limitado por las tradiciones que se estaban desarrollando ya en las ciudades, haciendo frente al mundo exterior de una manera que nunca lograron adaptarse completamente. De este contexto es que Scholem Aleijem inventó una literatura, una nueva literatura, en este idioma, que nunca había sido utilizado antes con fines literarios pero que se utulizaba como un instrumento clarificador de toda una idiosincrasia y la mentalidad de los judíos ante el cambio de una nueva era.
Scholem Aleijem es el escritor y el hombre comúnmente conocido detrás de las historias en las que surge El violinista en el tejado, para aquellos que pueden identificarlo así de inmediato. Pero Scholem Aleijem era en realidad algo mucho más que un solo o muchos personajes, a pesar de que la puesta en escena de El violinista en el tejado es una producción maravillosa, se trata realmente de uno de los padres de la literatura judía moderna a mediados del siglo diecinueve, un hombre en el tiempo cuando los judíos en Rusia transitaban entre las ancestrales costumbres e ideas y se daban paso a una emocionante modernidad, desde el mundo limitado por las tradiciones que se estaban desarrollando ya en las ciudades, haciendo frente al mundo exterior de una manera que nunca lograron adaptarse completamente. De este contexto es que Scholem Aleijem inventó una literatura, una nueva literatura, en este idioma, que nunca había sido utilizado antes con fines literarios pero que se utulizaba como un instrumento clarificador de toda una idiosincrasia y la mentalidad de los judíos ante el cambio de una nueva era.
Este
es el viaje universal que compromete a todas las culturas en un momento u otro,
cada cultura y cada grupo étnico tiende a someterse a esta experiencia de pasar
de un mundo que es tradicional y estable, a un mundo que es inestable e
incierto. Eso es lo que Scholem Aleijem presenta. Es por eso que gracias a ser un
gran escritor, logra el retrato valioso, valiente y relevante de los paradigmas
que entran en juego ante los procesos de conciencia social en una determinada
época. Documenta así la historia judía desde mediados del siglo diecinueve
hasta la actualidad, porque este proceso de convivencia con lo universal no
termina. Es quizás el principal mensaje que el autor manifiesta en su obra y el
espectador o lector, debe ser capaz de identificar como el suyo propio, ya que
no es exclusivo de las comunidades judías en el mundo, esto está sucediendo en
igual forma en otras culturales. Explicaba Joseph Dorman que durante la
proyección de su trabajo en Shangai, comentó que la nación china en este punto,
está experimentando lo mismo. La gente está viviendo la misma experiencia que de
pertenecer a pequeños pueblos chinos cuando se mudan a las grandes ciudades
modernas, miles o millones de chinos están sometidos exactamente al mismo
fenómeno por lo que realmente es un factor común si es Tolstoi en Rusia, o
Dickens en la Inglaterra industrial. Con Scholem Aleijem, se trata de la
judería del siglo diecinueve, pero por supuesto, si realmente uno es gran
escritor, debe de ser capaz de tomar esa historia específica y encontrar la
esencia de lo universal en ella y eso es lo que hizo Scholem Aleijem, mencionó
el autor del documental.
Se trata entonces de identidad judía, un tema que seguirá en boga dado que los judíos de la diáspora y probablemente los de Israel, con un mosaico enorme de procedencias y modos de llevar su judaísmo, todos luchamos contantemente con el asunto de la identidad. Es Scholem Aleijem quien lucha con las mismas preguntas y con la naturaleza de su propia identidad, en un momento cuando gran parte de la sustancia de esa identidad estaba cambiando, y por supuesto, Tevye tenía mucho más preguntas que respuestas.
Ser espectadores de las inquietudes de este escritor llevadas al Teatro, logran mostrar al público en general, que los judíos tienen las mismas emociones que cualquier otro ser humano, las mismas preocupaciones, emociones, dudas, esperanzas, con lo cual los estereotipos y prejuicios se diluyen. Con suerte llevar a Scholem Aleijem a los escenarios es redescubrirlo y lograr transmitir el estilo y sobre todo el humor que todo lo sana, para que en las nuevas generaciones sigan vivos sus personajes y su profundo mensaje como guía reflexiva.
Se trata entonces de identidad judía, un tema que seguirá en boga dado que los judíos de la diáspora y probablemente los de Israel, con un mosaico enorme de procedencias y modos de llevar su judaísmo, todos luchamos contantemente con el asunto de la identidad. Es Scholem Aleijem quien lucha con las mismas preguntas y con la naturaleza de su propia identidad, en un momento cuando gran parte de la sustancia de esa identidad estaba cambiando, y por supuesto, Tevye tenía mucho más preguntas que respuestas.
Ser espectadores de las inquietudes de este escritor llevadas al Teatro, logran mostrar al público en general, que los judíos tienen las mismas emociones que cualquier otro ser humano, las mismas preocupaciones, emociones, dudas, esperanzas, con lo cual los estereotipos y prejuicios se diluyen. Con suerte llevar a Scholem Aleijem a los escenarios es redescubrirlo y lograr transmitir el estilo y sobre todo el humor que todo lo sana, para que en las nuevas generaciones sigan vivos sus personajes y su profundo mensaje como guía reflexiva.
El
humor judío de Aleijem es antecesor de Jack Benny y George Burns, Milton Berle
a Larry David (nieto de Scholem Aleijem) y Jerry Seinfeld, Mel Brooks, Woody
Allen, todas estas personas, consciente o inconscientemente tienen claramente
la influencia y el sentido del humor de Sholem Aleijem. Siglos destilados de este
humor judío de alguna manera convierten la oscuridad en diversión al tomar una
tragedia y hacer de esta algo divertido que sana, siendo la característica
principal y el sentido del humor judío.
Scholem
Aleijem tan natural como puede serlo un escritor, tan hábil para pasar de la
crónica familiar a la realidad interna que termina por convertirse en folklore,
es el nombre de las grandes marquesinas, es el creador del mito del hombre que
al tocar el violín su amor, esperanza y lealtad enfrentan la opresión por el
cambio del tiempo.
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